¡Hola mis amigos! bienvenidos al blog Creacción. Hoy nos adentraremos de lleno en cómo construir el futuro.
¿Qué es el futuro? en simple, es uno de los tres estados que reconocemos del tiempo (pasado, presente y futuro) en el cual, los posibles acontecimientos aun no han ocurrido y, por lo tanto, los posibles hechos que pudieran ocurrir, no son más que predicciones, anticipaciones que podrían suceder o no. Lo que vaya a pasar en el futuro no sería más que una mera especulación.
Pero ¿Se puede predecir el futuro de alguna manera? La respuesta por ahora es No, aunque nos podemos acercar. El hombre, desde su muy temprana edad ha intentado predecir el futuro, tanto el personal, como el de su comunidad, ciudad, país e incluso del mundo. El desarrollo de la Astrología, antecesora de la Astronomía, ya desde el tiempo de los Sumerios, se convirtió en la práctica de predecir el futuro basada en la posición de los astros y sus respectivas asociaciones a los hechos que ocurrían en la Tierra, a las cosas y los seres humanos, pero siempre hubo más desaciertos que aciertos. Sin embargo hoy en día, muchas personas siguen dándole mucho valor a ese tipo de predicciones (horóscopos).
Hoy existe la ciencia llamada Futurología que se dedica realizar predicciones de futuros posibles, basados fundamentalmente en datos, ya sean estos; causas y efectos de acontecimientos pasados, patrones de comportamiento y análisis de los hechos desde la perspectiva de diferentes fuentes. Sin embargo, si bien logran acertar parcialmente en sus predicciones, éstas siguen siendo muy limitadas y no podríamos decir de manera categórica que sus predicciones son certeras en un 100%.
¿Y se puede construir el futuro? Desde mi experiencia y desde la observación de los hechos, la respuesta es Sí, porque la vida puede transcurrir de dos maneras; dejando que las cosas sucedan de acuerdo con el destino, o bien, haciéndonos dueños de nuestro propio destino que no es más que hacernos dueños de nuestras vidas y, por lo tanto, de nuestros futuros. El futuro puede ser imaginado y lograrse si trabajamos para ello, día a día, sin descanso, porque cada pensamiento, cada palabra y cada acción que pensamos, decimos y hacemos nos permiten ir creando y materializando ese futuro que queremos.
“Una visión de futuro sin acción es sólo un sueño, la acción sin visión de futuro sólo deja pasar el tiempo, pero la visión de futuro con acción puede cambiar el mundo” Joel Barker – 1990
¿Y cómo es que puede ocurrir esto? Todos nosotros, de alguna manera, ya hemos construido parte de nuestro propio futuro, el cual lo hemos formulado por medio del deseo, del anhelo de llegar a ser o lograr algo que, mediante el uso de nuestra imaginación, y su repetición la vamos convirtiendo en una imagen cada vez más clara, más nítida de aquello que queremos ser o lograr, generándose así, la motivación o la energía necesaria y suficiente para trabajar en pos de la materialización de ese deseo inicial.
Muchos de nosotros tuvimos el deseo de ser un profesional universitario, un actor, un científico, un comerciante exitoso, una persona famosa, formar una familia, tener un logro específico en la vida. Así el deseo se convirtió en una imagen donde nos veíamos como ese profesional, actor, científico, comerciante exitoso o famoso ya realizado, nos imaginamos trabajando, teniendo éxito, disfrutando de los logros, incluso siendo admirados por nuestros seres queridos, por la comunidad. Y ese deseo fue tomando un cariz cada vez más robusto, transformándose en un objetivo concreto, el cual mediante acciones específicas que fuimos desarrollando en el tiempo, metódicamente, persistentemente, día día, se hizo realidad. Puede que su materialización no se haya producido exactamente igual a como nos lo imaginamos, pero se acercó bastante.
Así, entonces, el futuro imaginado o el sueño, es algo que en sus inicios, no tiene existencia material, sólo existe en nuestra mente, al cual logramos darle forma mediante el uso de nuestra imaginación, que luego, poco a poco, le vamos dando materialidad cuando lo escribimos, lo dibujamos, lo pintamos o transformamos en algo más tangible como una maqueta, un prototipo, etc. para luego, si éste es lo suficientemente atractivo, deseable y motivador, establecemos o determinamos las acciones (el plan) que debemos realizar para lograrlo en el tiempo.
En el mundo empresarial, son las áreas de marketing las encargadas de proponerle futuros imaginados o sueños a las personas para que éstas sienta interés en comprar o adquirir algún bien o servicio. Mire y/o escuche atentamente los comerciales en televisión o radio y verá que éstos están dirigidos a plantar ideas en su mente que son atractivas para que usted desee darles existencia real en su vida mediante su adquisición.
Todo este proceso es a lo que Tim Hurson llama en su libro Piensa Mejor, «la atracción hacia el futuro» que se crea a partir de la formulación de futuros meta posibles (deseos), el cual o los cuales, por medio de la construcción o elaboración de un futuro imaginado atractivo y seductor, lleno de detalles, del cual hablaremos a continuación, permite generar la energía necesaria (atracción hacia el futuro) para que con la aplicación del poder de nuestra voluntad, queramos lograrlo, materializarlo.
¿Cómo elaborar un futuro imaginado? Tal y como lo plantea Hurson, haga primero una lista amplia de posibles futuros metas (deseos) acerca de lo que a usted le gustaría lograr en su vida profesional, utilizando el formato: sería maravilloso que, me encantaría que, sería extraordinario si o que. A continuación un ejemplo:
- Me encantaría ser un empresario exitoso en el rubro de la consultoría estratégica de procesos.
- Sería maravilloso que pudiera dar conferencia a nivel internacional y ser reconocido como excelente en eso.
- Sería extraordinario si me trabajo tuviera un reconocimiento a nivel mundial.
- Sería maravilloso tener clientes en todos los países de América, Europa y Asia.
- Sería maravilloso que los futuros clientes me llamen para solicitar mis servicios.
- Me encantaría que mi empresa de consultoría sea el referente de mercado en procesos estratégicos a nivel mundial.
- Sería maravilloso que la prensa especializada haga permanentemente artículos sobre el excelente trabajo que desarrolla mi empresa.
- Me encantaría aparecer recurrentemente en la prensa especializada.
- Sería extraordinario ser reconocida como la empresa consultora más importante del mundo en mi rubro.
- Sería maravilloso convertirme en un hombre muy rico producto de mi excelente trabajo.
Una vez que tiene su lista de futuros meta, léala, haga agrupaciones con los deseos que se parecen. Luego, para cada agrupación, elabore un enunciado que considere la esencia de los deseos de ese grupo. De la lista anterior que les di como ejemplo más arriba, una de las agrupaciones que pudo hacerse es la relacionada con los clientes y el enunciado que podría formularse sería el siguiente: «Sería maravilloso tener clientes importantes en todos los continentes del mundo y recibir solicitudes de servicio de nuevos clientes desde todos los países».
Una vez que tenemos nuestros enunciados, seleccionamos dos o tres que para nosotros sean los más importantes, los más atractivos, los que nos gustaría lograr sí o sí. Y luego redactamos el futuro imaginado.
¿Qué debemos considerar para la redacción del futuro imaginado?
- El futuro imaginado es un sueño, no tiene que ser realista. Si, debe ser desafiante y ser lo suficientemente atractivo y seductor como para generar la suficiente atracción hacia el futuro.
- El futuro imaginado debe ser redactado en tiempo presente: hoy soy, somos…
- Redáctelo con la mayor cantidad de detalles posibles: ¿Cómo se sienten las personas que trabajan en su empresa? ¿Cómo se siente usted?l ¿Cómo se siente los clientes? ¿Cómo es ahora su empresa? ¿Qué cosas cambiaron y cómo son ahora? ¿Qué dice el mercado acerca de su empresa? etc., etc.
He aquí un ejemplo de futuro imaginado para este ejemplo:
Hoy soy un hombre muy rico producto de mi trabajo exitoso como empresario en el rubro de la consultoría estratégica de procesos y me siento extremadamente satisfecho de mis logros profesionales. Mi fortuna está avaluada en más de U$ 1.000 millones de dólares. Soy un conferencista internacional muy cotizado en los temas relacionados con el mejoramiento de procesos estratégicos, la calidad y todas las metodología a fines y, yo y mi empresa, nos hemos convertido en un referente a nivel mundial.
Mi empresa tiene presencia mundial con clientes que nos recomiendan y nos quieren y estamos permanentemente recibiendo solicitudes de una larga lista de empresas y organizaciones que desean ser nuestros clientes.
Nuestros empleados se sienten muy satisfechos y orgullosos de trabajar con nosotros y está muy comprometidos con su trabajo, con nuestra empresa y con nuestros clientes.
Todos los años, la prensa especializada hace reportajes acerca de nosotros poniéndonos en el primer lugar, a nivel mundial, en el rubro de la consultoría estratégica de procesos y nos han otorgado muchos premios por nuestro desempeño sobresaliente.
¿Y qué hacemos con este futuro imaginado? Nos ponemos a trabajar para lograrlo.
¡Y esto es todo por hoy! Por favor deja tus comentarios. Un gran abrazo.
Esteban
3 respuestas a “El Futuro Imaginado”