Capítulo IX, El Refugio

«Cuando algo malo nos sucede, tenemos tres opciones: dejar que nos marque, dejar que nos destruya o dejar que nos fortalezca».

Anónimo

El refugio de Turtmann o más bien, la base aérea subterránea de Turtmann había sido construida a principios de los años 70 a los pies del monte Barrhorn, con el objetivo de albergar y esconder aviones y helicópteros de combate para repeler al enemigo en caso de ataque. Inicialmente se excavaron en la montaña dos túneles en dirección norte-sur, de 1.350 mts. de largo cada uno, por 28 mts. de ancho y 20 mts. de altura, separados entre sí por una distancia de 60 mts. Los túneles principales, estaban a su vez unidos por dos túneles secundarios, perpendiculares a éstos. El primero de ellos se encontraba a unos 150 mts. de la entrada y, el otro, al final de ambos y se utilizaban como dependencias para alojar al personal militar y cómo zonas de mantención de aeronaves y otros vehículos.

En 1986, y como parte de la nueva política de defensa, El general Etienne de la Croix ordenó la construcción de un tercer túnel principal y un tercer túnel secundario de las mismas características de los anteriores para guardar armas, tanques y vehículos de transporte terrestre, los que deberían también unirse a la red de túneles ya construidos. Cuando los obreros se encontraban trabajando en la construcción del tercer túnel secundario, encontraron una galería natural que salía en dirección norte-sur y se extendía hacia abajo, a las profundidades de la tierra. Al dar cuenta del hallazgo, los militares decidieron explorarla, así que dispusieron de un equipo de las fuerzas especiales del ejército para que la explorara.

Cuando los militares ingresaron a la galería, pudieron comprobar que ésta era amplia y se podía caminar cómodamente por ella. Su pendiente era suave a veces y abrupta otras, pero les permitía ir bajando sin mayores contratiempos. Cuando ya habían recorrido una distancia de 1.300 metros. hacia abajo, encontraron una cavidad enorme que tenía unos 2 km de largo, por 1,7 km en su parte más ancha y 70 mts de altura a la que llamaron “La Catedral”, la que además era francamente, muy, muy linda, por sus formas y por sus estalactitas y estalagmitas. A medida que avanzaban en la exploración de la catedral, encontraron 3 galerías más, una que salía por el costado oeste de la gran cavidad, otro que lo hacía por el este y otro por el sur. Todas las galerías comunicaban a la nave central con nuevas cavidades de proporciones muy similares a la primera, las que a su vez se conectaban a otras cavernas un poco más pequeñas. A cada una de estas cavidades más pequeñas las bautizaron con nombres de catedrales famosas. Así, a la primera encontrada, le pusieron “San Pedro”, a la segunda “Notre Dame”, a la tercera “Milán”, y a la cuarta “San Basileo”. Por su parte, a las naves o cavernas más pequeñas les dieron nombres de palacios famosos: como: Versalles, Buckingham, Mirabell, Ducal y Belvedere.

Cuando se encontraban investigando la caverna bautizada como “Ducal” encontraron una nueva galería que salía en dirección noreste por unos 370 mts aproximadamente, en una ruta plana la que terminaba en una cavidad que tenía una abertura de 9,6 mts de diámetro que bajaba en línea recta, unos 230 mts, como si fuera un enorme pozo y terminaba en otra caverna enorme, en la que había un lago subterráneo de grandes proporciones, muy hermoso, con lugares que podían asimilarse a playas, que aunque no eran de arena, sino de roca, eran amplias y suaves. De acuerdo a las mediciones efectuadas por el personal militar, el lago medía 3,6 Km de largo, por 870 mts. de ancho y una profundidad promedio estimada de más de 175 mts. Era realmente inmenso, de aguas puras y cristalinas que había ido acumulando el río Ródano a lo largo de los tiempos. Este enorme lago fue bautizado como el lago “Lindenbrock” en honor al personaje del mismo nombre de la Novela de Julio Verne, “Viaje al Centro de la Tierra”.

Todos estos hallazgos, una vez investigados y cartografiados, quedaron en el olvido. La ampliación de la base aérea Turtmann concluyó y continuó con sus operaciones hasta que en 1995 se le asignó al General Etienne de la Croix el diseño y ejecución de la operación Ziusudra. Cuando el equipo de la Croix buscaba el mejor lugar para emplazar el refugio que debía construirse para los “Elegidos”, éste recordó los descubrimientos hechos en Turtmann y ordenó que se realizara un estudio de factibilidad, estudio que le brindó la máxima puntuación al lugar, optándose finalmente por éste para levantar ahí una de las obras de construcción cívico-militares más secretas y monumentales de Europa.

“La Cueva” se diseñó como una pequeña ciudad para albergar cómodamente a 250.000 personas. La energía se obtenía por medio de 2 reactores nucleares y por paneles solares que salían desde las profundidades de la tierra a la superficie y se desplegaban para captar la energía solar y convertirla en energía eléctrica. Todas las frutas, verduras y legumbres se obtenían de invernaderos especiales, utilizando técnicas hidropónicas. Las fuentes de proteínas provenían del cultivo de un alga denominada Spirulina y de fuentes animales producto de la producción de ganado que se hacía en el mismo refugio. En cuanto a los servicios básicos ésta disponía de todos los que provee una ciudad: Salud, educación, administración, aseo, policía y seguridad, servicios de emergencia, provisión de agua, energía, calefacción, además fábricas de ropa, zapatos, equipos, Instalaciones deportivas y un largo etc., etc., etc. Y lo más importante… Había sido diseñada para que todos sus habitantes pudieran vivir en ella por tiempo indefinido.

A este lugar fue traslada la familia Oversen el 12-Dic-2012 – 12:43:09 PM.

El movimiento de naves y personas en el aeropuerto de Turtmann era equivalente al movimiento de tropas hecha por los aliados cuando realizaron el desembarco en Normandía durante la segunda guerra mundial en 1945, sólo que en este caso, no había balas que mataran a la gente, pero si se experimentaba el miedo equivalente al que sentían los soldados durante el desembarco, al enfrentar la muerte que les infringían los alemanes desde sus bunkers apostados en las playas de la costa de Francia, al disparar sus ametralladoras y cañones.

Aviones, helicópteros y transportes terrestres, iban y venían trasladando personas hacia el refugio de Turtmann, “la Cueva” como le llamaban los militares. A pesar del inmenso movimiento, el orden tan característico de los suizos, se hacía presente y hacía que todo funcionara como reloj.

La lluvia arreciaba, la temperatura bajaba rápidamente y el agua nieve ya comenzaba hacer su aparición. Ulrich y su familia bajaron del Super Puma siguiendo las instrucciones del personal militar que estaba en tierra. La fila de personas en la que se encontraban, corría ordenadamente hacia una de las enormes puertas del refugio que se levantaba en la falda de la montaña. A medida que entraban, se internaban en un enorme túnel, de gran longitud, quizás tendría un poco más de 1 kilómetro de largo, por unos 25 metros de ancho y unos 15 metros de alto, calculo Ulrich y estaba muy bien iluminado. En el techo del túnel había unos rieles desde los cuales colgaban aviones cazas F35. Helga llevaba en sus brazos a Christel y Andreas iba de la mano de su padre. Como a unos 300 metros de la entrada, se encontraba un grupo de militares que eran los encargados de comprobar las identidades de los refugiados y de confirmar su ingreso al refugio. Una vez hecho el trámite, a cada uno de ellos se le entregó un brazalete electrónico que contenía toda la información que permitía identificar a su dueño y los niveles de autorización de acceso para moverse por el interior del refugio y, también, un tarjetón para colgarlo del cuello que tenía impresa una letra y un número.

-Mami, mami, tengo mucho miedo dijo Christel llorando… Hay mucha gente aquí… ¿A dónde vamos, mamá?

-Calma mi niña, calma, todo se va arreglar, tranquila mi amor… le decía Helga intentando calmarla.

Una vez que pasaron el puesto de control y registro, siguieron la fila que se adentraba en un nuevo túnel, que salía del primero en forma perpendicular a éste, hacia la izquierda. Era un poco más pequeño que el túnel por el que habían entrado y al final del mismo, se conectaba con otro túnel, igual al primero, por dónde circulaba más gente. Cuando llegaron al centro del túnel por el que iban caminando, los militares les pidieron abordar un ascensor enorme, al que entraron como 70 personas. Una vez adentro, éste comenzó a bajar, rápidamente. Su destino estaba a 1.367 metros más abajo. El ambiente era tenso, nadie tenía claridad hacia donde iban ni qué estaba pasando realmente. El señor Nuemann y su familia, que habían compartido el helicóptero de rescate con la familia Oversen, también venía en el mismo ascensor. Éste se acercó a Ulrich y le dijo…

-Señor, no se preocupe, estamos bajando al refugio mejor construido de Suiza. Sé de muy buena fuente, que está preparado para resistir cualquier calamidad y en el podremos vivir toda nuestra vida si es necesario. Fue construido de tal manera, que puede producir sus propios alimentos, su propia energía y sus fuentes de agua pura y limpia son casi inagotables.

Mientras la familia Oversen bajaba por el ascensor a las profundidades de la tierra, el General Etienne de la Croix se encontraba en el exterior supervisando en persona las operaciones de rescate… mientras impartía órdenes al personal, de pronto, apareció el Coronel Linz Meyer.

-Mi general… Traigo muy malas noticias… La situación atmosférica causada por los volcanes en erupción en diferentes países de Europa está haciendo imposible el vuelo de los aviones y helicópteros de rescate. El material particulado que emana de estas erupciones está afectando el funcionamiento de las turbinas y los está echando a tierra. Ya ha habido varios accidentes con consecuencias fatales. Por tanto mi general, ya no llegarán más naves a Turtmann. Hasta ahora Suiza ha sido el lugar menos afectado por toda esta calamidad señor y por eso no hemos sentido los estragos que se están sufriendo en otras regiones.

-¡¡Mierda Max!!, ¡¡Mieeeerda!!… Gritó de la Croix… ¡¡Dios mío, por favor… ayúdanos un poquito!!… ¿Cuánta gente ha llegado ya al refugio Max?

-De acuerdo al último cómputo de hace 2 horas… eran 113.253 personas mi General, pero han llegado muchas más desde entonces, señor. ¿Pido que me actualicen el número?

-No, no importa Max. Ya habrá tiempo para eso después. No recarguemos a los muchachos con tareas que a esta altura ya no tienen mucha importancia… Así que si ya no vendrán más aviones desde los otros países de Europa, entonces dediquémonos a salvar a nuestra propia gente. A esta altura me importa un bledo si son o no parte de los elegidos. Envía transportes terrestres al poblado de Turtmann y recorran todos los alrededores y tráiganse a toda la gente que puedan. Lo mismo pídele al personal de los helicópteros.

-Si mi general.

Mientras tanto, Justo al momento en que acababan de descender del ascensor, otro movimiento sísmico se produjo. La gente se puso a gritar, algunos intentaron correr sin saber a dónde. Uno de los militares que estaba con ellos, gritó…

¡¡Calma por favor!! Aquí estamos seguros, nada nos va a pasar.

El terremoto movía todo el lugar con gran violencia, las luces bajaron su intensidad por un momento, pero todo parecía estar intacto. Los gritos de angustia y el llanto de muchos de los que ahí se encontraban, enfrentados por primera vez a hechos como estos, le daban mayor dramatismo aún a la situación que estaban viviendo….. Al cabo de unos 50 segundos, el movimiento cesó. No obstante, los gemidos y los llantos continuaban, todos estaban en Shock. Uno de los militares preguntó en voz alta, casi gritando…

-¿Están todos bien?… Entre sollozos y lamentos contestaron que sí.

-Mami, tengo mucho miedo, me quiero ir de aquí… Mami… por favor… Imploraba Christel…

-Calma mi amor… Decía Helga… Muy afectada por el nuevo terremoto. Ulrich en tanto, mantenía abrazada a su familia…. Intentando transmitirles seguridad y confianza, pero también se sentía muy afectado. El pequeño Andreas, por su parte, estaba temblando de miedo e intentaba hacerse el valiente, pero el pobrecito no pudo evitar algunas lágrimas que le caían por sus mejillas.

-Por favor, préstenme un momento de atención pidió el militar a cargo… Por favor les pido a todos que respiremos profundamente… por favor… Sigan mis instrucciones… Vamos hacer unos ejercicios de respiración para recobrar la calma y el ánimo… Inspiren profundamente por la nariz, …eso muy bien… Retengan el aire por unos segundos… Bien, ahora exhalemos por la nariz, lentamente…. Muy bien, repitamos nuevamente el ejercicio…

Al cabo de unos minutos todos estaban ya mucho más calmados.

El militar a cargo les dijo a todos que hicieran una fila de acuerdo a la letra y el número que les habían entregado al momento de su registro, información que estaba en esa tarjeta que llevaban colgando de su cuello. Y así, todavía en shock, muy lentamente comenzaron a ordenarse. Una vez listos, el militar les dio nuevas instrucciones…

-A ver.. ¿Cuántas letras diferentes tenemos aquí? Tenemos la F y la G… De acuerdo… todos los que tienen la letra F, sigan a este señor, el es cabo Berlinger. Por cierto, yo soy el sargento mayor Martelli.

-Y los que tienen la letra G, sigan al sargento Conue… Ellos los llevaran a sus habitaciones. Les pedimos que frente a cualquier situación de emergencia, como la que acabamos de sufrir, permanezcan en sus cuartos y esperen las instrucciones que se les darán por los altavoces. Por favor hagan lo imposible para mantener la calma. Este refugio está preparado para resistir los más duros embates de la naturaleza. Sabemos que no están acostumbrados a sufrir este tipo de fenómenos, pero deben permanecer calmados… Es la única manera de sobrevivir.

-En sus habitaciones encontrarán un manual con toda la información necesaria acerca de las instalaciones de este refugio e instrucciones sobre qué hacer en casos de emergencia. Léanlo con calma. En la medida que las cosas se vayan normalizando y estén un poco más ambientados, les iremos entregando más instrucciones y más información.

-¡Ha!, se me olvidaba… también encontrarán en sus habitaciones un refrigerador con variados alimentos, agua y una alacena con alimentos no perecibles para que puedan servirse o prepararse, en caso que tengan hambre. También, en el baño hay un botiquín de primeros auxilios en caso de necesidad. Si tienen una emergencia, pulsen el botón de pánico que se encuentra al lado de la puerta de entrada… Alguno de los monitores a cargo de la sección en la que encuentren los auxiliará… Las habitaciones son bastante cómodas… Disfrútenlas.

-Y por último… como la situación es todavía un poco confusa y hay mucha gente llegando al refugio, todo el personal estará muy ocupado en acomodar a los recién llegados, por lo que les pedimos tengan paciencia… ¿Si?, Bueno Muchas gracias.

La familia Oversen, que tenía la letra G, junto con otras familias, siguieron al sargento Conue. Y así, una a una fueron acomodándose en los nuevos cuartos que les habían asignado.

Por otra parte y al momento de ocurrir el nuevo terremoto, un último avión militar 737 procedente Hungría, se disponía a aterrizar…

-Vuelo 142, tiene permiso para aterrizar… le indicó el controlador de vuelo de la base Turtmann.

-Gracias torre de control, procederemos con la maniobra …

El avión se encontraba ya a pocos metros de la pista, cuando de pronto comenzó el terremoto y de la torre de control les gritan por la radio…

-¡¡Aborten, aborten…Terremoto, terremoto en proceso, aborten!!…

El capitán de la nave sabía que no podía abortar ya el aterrizaje, era demasiado tarde, ya estaban en ese momento límite en que el retorno no es posible… Así que el Capitán Szabo Bence gritó a su Copiloto…

-¡¡Jani!… ¡¡Ayúdame con los controles¡¡…

Los dos pilotos tomaron los controles del avión firmemente, mientras éste caía a la pista con violencia. El suelo se movía cómo si un gran número de olas pasaran por ella a mucha velocidad, una tras otra. Era el efecto del movimiento sísmico que arrugaba literalmente el suelo dándole esa forma de olas. El avión se zarandeaba de un lado para el otro y el griterío de los pasajeros era terrorífico. Sin embargo, los pilotos se mantuvieron firmes en sus puestos y lograron disminuir la velocidad, hasta que finalmente detuvieron el avión, cruzado en medio de la pista de aterrizaje, la que aún se movía, pero ya más lentamente porque el terremoto estaba disminuyendo su intensidad.

-¡¡Pero qué carajo!! Grito el general de la Croix… otro maldito terremoto Max… Y ese avión que está aterrizando… se van a matar… ¡¡mierda, mierda… mierda!!

Pasado el impacto inicial producido por el nuevo movimiento sísmico, De la Croix, comenzó a dar órdenes a todos los militares que se encontraban a su alrededor…

-¡¡Vamos vayan en ayuda de los pasajeros de ese avión!!, ¡¡Vamos, dense prisa!!… ¡¡Schnell, schnell, schnell,!! 12-Dic-2012 – 13:10:35 PM.

A parte del susto y algunos cabezazos entre los mismos pasajeros, todos los ocupantes del avión húngaro se encontraban bien. Al abrir las puertas, ya habían llegado al lugar un buen número de militares que venía a socorrerlos, enviados por De la Croix, quienes rápidamente los evacuaron y enviaron al refugio, salvo a los 2 pilotos que primero debían mover el avión a otro lugar para despejar la pista y permitir el aterrizaje del alguna otra aeronave que todavía pudiera llegar.

De la Croix en tanto, proseguía con la supervisión de las operaciones en terreno. Linz Meyer, que se mantenía a su lado, recibía información del centro de comando central ubicado en la “Cueva” la que su vez le transmitía para tenerlo al tanto de los acontecimientos.

En el refugio, la familia Oversen ya estaba acomodándose en sus nuevas habitaciones. El lugar era en verdad bastante cómodo, tal cual como les había dicho el Sargento Mayor Martelli. Era el equivalente a un departamento de 3 dormitorios amplios, más una sala, un comedor, una cocina grande y dos baños. Todo completamente equipado. Había sido diseñado para que sus ocupantes estuvieran muy cómodos y por largo tiempo.

A pesar del nerviosismo y del estado de shock en el que todavía estaban, tuvieron el ánimo para recorrer su nueva casa y disponer de ella.

-¡Ulrich! Exclamo Helga al abrir uno de los armarios… Mira, hay ropa aquí… Parecen ser…. No, de hecho son ¡Overoles de una pieza!… y qué rica es la tela de la que están hechos… Niños… Ulrich… miren.

-Si es verdad, dijo Ulrich…

-¿A ver mamá? ¡¡O si qué rica se siente!!, exclamó Andreas.

-Yo también quiero tocarla mamí… dijo Christel.

De repente Andreas grita…

-¡¡Esta será mi habitación!!…

-Mami… no… yo quería esa… Dijo Christel haciendo un puchero.

-¡Vamos, calma Christel! Si las dos habitaciones son iguales… además la que Andreas está dejando para ti está más cerca de la nuestra… ¿Qué dices?

-Bueno está bien, me quedo con esta. Dijo poco convencida Christel.

-Helga, dijo Ulrich, les propongo que se acomoden mientras yo reviso el manual de informaciones que nos indicó el Sargento Martelli que leyéramos… ¿Les parece?

-Bien, dale. Yo acomodaré a los chicos y luego prepararemos algo de comer.

-Ok amor y se sentó en el salón del departamento a leer el manual…

En el intertanto, afuera, De la Croix le pregunta a Linz Meyer…

-Max, ¿sabes ya de qué magnitud fue el terremoto?

-Si mi general, fue 8.2 grados Richter.

-Fue mucho más violento que el primero, pero más corto, dijo de la Croix.

-Sí mi general y de seguro vendrán más réplicas. Me indican que el epicentro fue en Italia, en las cercanías de la ciudad de Torino. La información del satélite indica que la ciudad está prácticamente en ruinas. Ginebra, también se vio seriamente afectada, con una gran cantidad de edificios derrumbados. Se desconoce el número de muertos y heridos, pero personalmente creo que son muy pocos, ya que muchos de los ginebrenses se encuentran albergados en los refugios atómicos.

-Si, espero que tengas razón, Max.

El tráfico de helicópteros y transportes terrestres que traían refugiados a la cueva desde distintos lugares de Suiza, seguía en todo su apogeo. De la Croix, a pesar de todo, estaba satisfecho porque estaban haciendo todo lo posible para salvar a la mayor cantidad de gente posible. No obstante, sabía en su interior que no lograría salvar a 250.000. La situación se había tornado muy grave en poco tiempo y eso no les había permitido reaccionar con la velocidad requerida.

12-Dic-2012 – 14:07:16 PM. El agua nieve había dejado el paso a la copiosa nieve que caía con fuerza. Un viento del Este comenzaba a levantarse con intensidad. Pronto, los Helicópteros tendrían que dejar de volar y quizás los camiones y los mowacs y los hummers, también deberían dejar de transitar. La nieve que ya cubría todo, impedía ver con claridad los caminos y hacía muy difíciles y peligrosas las labores de rescate.

-De la Croix, estaba con Linz Meyer en una de las puertas de acceso a la “Cueva” revisando la situación, cuando un nuevo terremoto hizo su aparición. Primero fue un ruido subterráneo como un fuerte ronquido y de pronto, una violenta sacudida, para luego continuar con un movimiento de vaivén en dirección Norte-sur durante 3,7 minutos. Prácticamente todos los que se encontraban de pie, cayeron al piso y no lograban levantarse producto de la fuerza del movimiento. Al interior de la “Cueva”, los gritos de angustia y de miedo de las miles de personas que se encontraban en su interior, eran aterradores. Nada se podía hacer excepto rezar y esperar a que ese suplicio terminara. Los rieles del techo de los túneles de entrada a la “Cueva”, de los cuales colgaban los caza F35, se movían con tal violencia, que en algunos sectores comenzaron a ceder y algunos aviones se tambaleaban peligrosamente, próximos a su desprendimiento y caída al interior de los túneles. La angustia, la impotencia y el miedo paralizante eran las únicas emociones presentes en esos momentos.

De la montaña en la que se encontraba el refugio, comenzaron a caer enormes rocas y grandes masas de barro y nieve. La pista de aterrizaje se lleno de grietas que se abrieron como quien corta mantequilla dejándola totalmente inutilizada para el uso de aviones. Algunos helicópteros que se encontraban en tierra cayeron en algunas de las aberturas hechas en tierra, lo mismo que algunos vehículos de transporte.

Los ocupantes del refugio que se encontraban a más de 1.300 mts. de profundidad, acomodados ya en sus habitaciones, estaban al borde del colapso emocional. La violencia del movimiento era de tal magnitud que la energía se había cortado y se encontraban absolutamente a obscuras, ya que tampoco las luces de emergencia funcionaban.

Mientras el terremoto arreciaba con toda su fuerza, Ulrich abrazaba a su familia debajo de la mesa del comedor, sin palabras, con sus ojos completamente cerrados, pidiendo protección divina. Helga, tiritando de miedo, rezaba en voz alta, los niños lloraban y pedían a gritos que por favor todo terminara.

Cuando por fin el terremoto acabó, a los 30 segundos, las luces de emergencia de su departamento se encendieron, Helga desesperada corrió al baño y vomitó una y otra vez. Ulrich, con fuertes retorcijones de tripa, intentaba calmar a sus hijos y a él mismo mientras seguían debajo de la mesa. Los pasillos del refugio se encontraban atestados de gente que intentó escapar del terremoto, toda golpeada e histérica producto del miedo, llorando, gimiendo. Fue entonces cuando los altavoces se encendieron y una voz grave y calmada comenzó a hablar…

-Habitantes del refugio de Turtmann, el terremoto ya ha pasado. La energía eléctrica comienza restablecerse. Salvo el susto y algunas magulladuras menores, nada más ha ocurrido en estas instalaciones. Les pedimos volver tranquilamente a sus departamentos y permanecer en ellos. En caso de otro movimiento sísmico, mantengan la calma y no salgan a los pasillos. Sabemos que la angustia y el miedo que este fenómeno produce son enormes, pero el mejor lugar para no sufrir ningún accidente está en sus habitaciones. Para los que necesiten un tranquilizante, los pueden encontrar en los botiquines de emergencia que se encuentran en los baños. Gracias.

Y así, poco a poco volvió la calma, pero la tensión era aún muy grande. En tanto afuera, De la Croix, Linz Meyer, varios militares y una centena de rescatados intentaban también reponerse de lo sucedido.

-¡Linz Meyer!, dijo con voz firme De la Croix. ¿Tenemos información de daños en el refugio?

-Sí mi general. Sólo cosas menores. Lo más grave son algunos F35 que cuelgan peligrosamente del techo en los túneles de entrada, producto de algunos rieles desprendidos por la fuerza del terremoto señor. Me informan que ya han tomado medidas para que los refugiados que recién llegan estén seguros.

-Bien Coronel… Y dígame ¿De cuántos grados fue este terremoto?

-Me indican que de 8.5 grados Richter, mi General.

-Mayor Peres, hágase cargo. Yo estaré en el comando central. Hagan que despejen todas estas rocas que han caído para limpiar la entrada al refugio y hagan entrar a todos, sólo deje algunos pelotones para recibir a los refugiados que faltan.

-Sí señor, a la orden.

-Linz Meyer… ¿Cuántos helicópteros tenemos en el aire?

-11, señor… Y además tenemos 9 camiones y 12 hummer, trayendo gente de los alrededores.

¿Tenemos comunicación por radio con ellos?

-Si mi general.

-Bien, ponlos a todos en línea para que puedan oírme…

-Soldados de Turtmann, les habla el General de la Croix… Acabamos de ser sacudidos por un terremoto de 8.5 grados Richter el más fuerte que hayamos tenido en la historia de Suiza. Es muy probable que los caminos estén muy dañados. La nieve está cayendo con mucha fuerza y la visibilidad es escasa. Les pido a todos volver cuanto antes al refugio con la mayor cantidad de sobrevivientes posibles. Mantengan comunicación permanente con el comando central y vayan entregando su posición cada 5 minutos. No quiero perder a nadie… Y repito… vuelvan cuanto antes… Y ¡cuídense y regresen sanos y salvos! Cambio y fuera.

Ya en el comando central de Turtmann, De la Croix se reúne con el comité científico militar…

-Señores cuál es el estado de toda esta calamidad.

-Mi general, es realmente grave. Los terremotos y maremotos han prácticamente barrido todo el hemisferio sur. En el hemisferio norte la situación no es mucho mejor. El menos afectado es nuestro país, pero los terremotos de las últimas horas han destruidos prácticamente todas nuestras ciudades. Las cifras de muertos y heridos a nivel mundial son desconocidas pero se presume que son cientos de millones. En los EEUU, toda la región de California ha desaparecido literalmente tragada por el mar. En Europa, Inglaterra, Escocia, Irlanda, Italia, Grecia, el sur de Francia, Portugal y gran parte de España se encuentran bajo el mar. En china, producto de los terremotos, se han producido una serie de explosiones atómicas, de las que desconocemos sus causas. Pero más de medio país fue afectado por esto. Bangladesh fue tragado por el mar, lo mismo que la isla de Sumatra. Todos los países de centro América están bajo el mar y también todo el sur de México. Las Islas del Caribe, están bajo el agua y muchas zonas del Sur y Este de EEUU también lo están. En cuanto a los polos magnéticos, estos están experimentando un rápido cambio de posición, El polo Sur, se encuentra a la altura de Sierra Leona y el polo norte, está en el norte del Perú. Los satélites que aún funcionan reportan destrucción, desolación y caos en todo el mundo. Todas las islas de la Polinesia han desparecido… Y la tensión en la placa antártica hará que muy pronto se produzca un maremoto de dimensiones nunca antes vistas… Es solo cuestión de horas…

-Como ya sabe, para las 20:00 hrs. de hoy, el ESA anunció otra tormenta solar y, de acuerdo a los datos que hemos recogido, esta será mucho más severa que la de esta mañana por cuanto será la más grande producida y porque el campo magnético del planeta ha disminuido en un 60%, lo que nos dejará indefensos frente a la lluvia de rayos X y Gamma, la que será extremadamente destructiva. La vida en la superficie después de eso será imposible y los que logren sobrevivir, tendrán una agonía horrible para la cual no existe tratamiento. Sólo lograrán sobrevivir aquellos que se encuentran a más 600 metros bajo tierra.

-Señor, señor… Uno de nuestros satélites ha detectado una explosión de inmensas proporciones en la región central de los EEUU que ha afectado desde el parque Yellowstone en el Oeste, hasta prácticamente la ciudad de Washington por el Este, señor… Aparentemente un volcán subterráneo a hecho erupción, mi general.

El silencio de los presentes inundó la sala del comando central de Turtmann… Un sonido que parecía provenir del centro de la Tierra comenzaba a escucharse… Semejaba al rugido de un león…. Y la tierra empezó a moverse nuevamente con un suave vaivén al principio para luego transformarse en un movimiento de locura. Todos los presentes cayeron al piso entre gritos y palabrotas, mientras la tierra se agitaba una vez más como desquitándose por todo lo que el hombre la había explotado durante tanto tiempo. Al cabo de algo más de 2 minutos, todo acabó. La oscuridad era total… Entre quejidos e imprecaciones los ocupantes de la sala se ponían de pie. De la Croix, preguntó…

-¿Están todos bien?…

-Sí, contestaron algunos…

-Que bien por todos Uds. porque yo casi me he cagado del susto, dijo De la Croix…..Y…¿Qué pasa con la luces de emergencia?

-Por algún motivo, con estos movimientos tan fuertes, tardan un poco en encenderse señor, dijo uno de los oficiales, en el momento justo en que las luces volvían a encenderse.

-¡Gracias a Dios que ya tenemos luz!… Linz Meyer, haz revisar todo el alumbrado de emergencia. Esto no debe volver a pasar…

-Sí señor, lo haré.

Al interior del refugio, nuevamente el caos era total. Los refugiados estaban desperdigados por todas partes, maltrechos, agotados por la tensión y el stress producidos por los movimientos sísmicos.

Ulrich y su familia había permanecido en su departamento, pero estaban también agotados física y emocionalmente. Nuevamente los altavoces se encendieron y la misma voz de la vez anterior dio inició a su cantinela que ya casi nadie escuchaba.

Ulrich…dijo Helga con la angustia reflejada en su voz… ¿Qué haremos? ¿Qué nos ocurrirá? Creo que no podré aguantarlo más… Ulrich… Por favor…

-Si papi… yo no quiero estar más aquí…no quiero más terremotos, papi… por favor… Decía Christel sollozando.

-Si papá, yo tampoco, dijo también Andreas. Tengo demasiado miedo… Vámonos, prefiero estar afuera.

-Lo sé, pero es lo único que tenemos… Y mírense… estamos bien, estamos vivos, estamos sanos… sólo asustados, muy asustados, pero bien… Este refugio parece estar muy bien construido, nada se ha caído… A pesar del fuerte movimiento, todo está en su sitio…

-Pero Ulrich… Pero ¿Cuándo acabará esto?

-No lo sé mi amor… En verdad no tengo ni la menor idea. Lo que está pasando supera todo lo vivido por el ser humano en los últimos 5.000 años… eso es seguro.

-Les propongo que descansemos… Vengan, vamos todos a intentar dormir un poco en la cama de la habitación de papá y mamá… vamos.. ¿Si?… Venga acompáñenme.

-No creo que pueda dormir, exclamo Helga… Tengo demasiado miedo.

-Calma mi amor… Ven relájate junto a nosotros, así abrazados… Ven.

Así fue como los Oversen se acostaron, bien abrazados intentando descansar y conciliar el sueño… Ulrich entonó una canción que solía cantarles a sus hijos para dormir… y poco a poco fueron dándole espacio al sueño, hasta que se durmieron… Helga también.

Ulrich, en un estado entre despierto y dormido recordó su sueño del fin del mundo que había tenido durante la noche anterior al desastre… Pensó por un momento en Zoltan, el narrador de la historia y maestro de telepatía de Atlantis y, en el futuro de la raza humana… y con esos pensamientos, se durmió. 12-Dic-2012 – 15:38:43 PM.

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